03 agosto 2006

ESTAR LEJOS

Lo único bueno de estar lejos, es que uno valora aquello que, por suerte, no perdió para siempre.

30 julio 2006

TRES AÑOS DESPUÉS

Creo que nadie esperaba que volviese tan pronto. Con su mochila negra a cuestas, apareció en el bar como si nunca se hubiese ido. Saludo a todos. Los conocía bien. Se sentó en la mesa que solía ocupar cuando vivía en el pueblo. Pidió lo de siempre. Es más, usó esas palabras. El dueño del bar dudó un momento, pero recordó rápidamente a qué se refería. Sirvió la cerveza bien fría y luego volcó una medida de wishky nacional. Mandó a una de sus camareras a entregar el pedido. Ella, con recelo, cargó su bandeja y se acercó a la mesa. Lo miró con un poco de angustia, con un poco de desconfianza, con algo de temor. No pudo evitar apartar la mirada cuando él la miró a los ojos. Dejó la bebida sobre la mesa y se alejó rápidamente. Él la siguió con la mirada como lo había hecho siempre, sin perder detalle de aquellas caderas. Para él nada había cambiado. Había vuelto y nada tenía por qué ser diferente. Tres años de carcel habían pagado con creces su deuda.